INCIDENCIA DE Dirofilaria immitis EN PERROS: EPIDEMIOLOGIA, TRATAMIENTO Y COMPARACION DE DOS TECNICAS DIAGNOSTICAS
Alfredo Meneses Marcel,Caridad Pérez, Alcides Morales Monteagudo, Antonio Martínez del Pino, Yanetsy Machado Tugores, Raiza Espinosa Broche, Yasmany Castro Hernández, Ridel Espinosa Lamadrid, Jaime Rodríguez Monteagudo, Ricardo Chinea González, Cleiner Pérez Castro
E-mail de contacto: ameneses@cbq.uclv.edu.cu y alfredomeneses@comunidad.veterinaria.org
INTRODUCCION
La Filariosis canina es una enfermedad parasitaria, producida por parásitos filariformes, de los cuales se han descrito 6 especies que afectan a los perros y dentro de las que se encuentra Dirofilaria immitis, Filaroide hirthi, Filaroide milksi, Filaria osleri, Dipetalonema reconditum y Dirofilaria repens. Dirofilaria immitis es el agente causal de la Dirofilariosis canina ó también llamada enfermedad del gusano del corazón. (1)
La transmisión de este parásito ocurre indirectamente a través de mosquitos de los géneros Culex, Anopheles y Aedes los cuales constituyen sus hospederos intermediarios y sin los cuales las microfilarias no pueden desarrollarse(2). No se conoce que otro vector pueda participar en el ciclo de vida de este nemátodo, por lo que la prevalencia de la enfermedad depende directamente de la densidad de mosquitos transmisores, del número de picadas que ellos puedan efectuar y de las condiciones de vida que tengan los animales, ya que los perros que viven en zonas de riesgo tienen mayor probabilidad de contraer la enfermedad (3).
El ciclo de vida de la Dirofilaria ( Figura 1.), comienza cuando la hembra de un mosquito pica a un perro infectado que tiene en su sangre las formas más pequeñas y jóvenes del parásito llamadas microfilarias (A).
Figura 1. Ciclo de vida de D. inmitis
Estas ingresan al mosquito y experimentan un proceso de maduración donde atraviesan diferentes estados larvarios (de larva 1 a 3). Dicha etapa está influenciada directamente por la temperatura ambiente ya que sólo tiene lugar si ésta es de 27 ºC o más pero se detiene por debajo de los 14 ºC (B). Una vez que el parásito alcanza el estadio de larva 3 se transforma en infectante, es decir que tiene capacidad para contagiar a otros animales y, en raras ocasiones, también al hombre (C).
A partir de entonces, si el mosquito pica a otro perro, considerado como hospedador final porque en él se reproduce, le transmite las larvas y el parásito continúa su evolución, que dura varios meses, hasta alcanzar el estadio adulto (D, E).
En esta etapa la Dirofilaria se aloja en el corazón y en las arterias pulmonares (Figura 3.).
Allí se reproduce y libera a la sangre las microfilarias que dan comienzo a un nuevo ciclo de transmisión. El parásito adulto puede vivir unos cinco años (F).
Grados de la enfermedad (11)
Para poder instaurar el tratamiento con dosis única o alternada, los animales afectados con Dirofilaria deben ser clasificados. Para ello se tienen en cuenta los síntomas manifestados y los hallazgos de las pruebas complementarias. Las clases establecidas son:
Clase 1: enfermedad subclínica, asintomática. Se puede observar leve pérdida de peso y agitación al ejercicio. La radiografía no muestra alteraciones.
Clase 2: enfermedad moderada. Hay signos radiográficos, ligero engrosamiento de la arteria pulmonar y/o aumento circunscripto de la densidad perivascular. Anemia, pérdida de estado general, fatiga durante el ejercicio, tos.
Clase 3: enfermedad severa. Pronóstico reservado. La radiografía muestra severo aumento de tamaño de las arterias pulmonares y dilatación auricular y ventricular derecha. Fatiga constante, tos persistente, presentan insuficiencia cardiaca. Anemia grave. Proteinuria. Estos pacientes deben ser estabilizados antes de instaurar el tratamiento adulticida.
Figura 2.Microfilaria detectada en examen directo de sangre
Figura 3.Filarias adultas en corazón canino
Clase 4: síndrome de vena cava. Pronóstico muy grave. Presencia de gran cantidad de vermes que se han desplazado hasta las venas cavas. Debería realizarse tratamiento quirúrgico con remoción de los parásitos
(http://www.healthig.com/veterinaria/veterinaria47.html).
El perro es el principal reservorio de la infección, pero la mayoría de los caninos salvajes son igualmente susceptibles. La susceptibilidad no es afectada por el sexo, la raza, el largo del pelo, ni por la edad, pero se ha diagnosticado la mayoría de los casos después del año de edad y las razas expuestas con mayor regularidad son Alsaciano, Pointer inglés, Setter, Retrievers y Beagle (4). Los filariosos adquieren cierto grado de inmunidad relativa (premonición) que los hace resistir a las inoculaciones y algunos caninos tienen una verdadera inmunidad natural contra estos parásitos y los mantiene indemnes en regiones afectadas (5).
Terapia
La terapia de la filariosis debe ser, en cualquier caso, monitoreada de cerca por médicos veterinarios con ayuda de herramientas diagnósticas y de laboratorio, debido a las reacciones adversas que pueden ocurrir en caso de muerte masiva de los parásitos y su efecto negativo sobre el aparato circulatorio. Normalmente una sola dosis de Ivermectina (500 microgramos por kilogramo de peso vivo), es suficiente para eliminar los parásitos del organismo.
El monitoreo debe enfocarse en la detección de signos como hipersalivación, mucosas pálidas, vómito, depresión, midriasis, pulso rápido y respiración acelerada, ataxia y coma. Normalmente estos efectos son provocados por la muerte súbita de las microfilarias y no por efecto de la Ivermectina.
Una semana después del tratamiento se debe realizar un nuevo examen de laboratorio para comprobar el descenso de la carga parasitaria. Si este recuento persiste, se debe repetir el tratamiento con Ivermectina en forma similar al anterior (11).
Se han diagnosticado unos 80 casos de Filariosis pulmonar en humanos, causados por Dirofilaria immitis, la mayoría de ellos en el sudeste de los Estados Unidos, 20 casos se han detectado en Australia y 10 casos en el Japón. La mayor parte de los infestados son asintomáticos y la lesión pulmonar se descubre al practicarse un examen radiológico por diferentes motivos o por lobectomía pulmonar realizadas al sospecharse de un tumor maligno. En los casos sintomáticos se observa tos y dolor torácico durante un mes o más y en ocasiones, hemoptisis, fiebre, malestar, escalofríos y mialgias, en el examen radiológico se observa una lesión nodular redonda y circunscrita (forma de moneda) de 1 a 4 cm de diámetro, rara vez se comprueba eosinofilia (5).
En solo 2 pacientes se ha encontrado el parásito en el corazón (lado derecho), mientras que en casi todos los demás casos la Dirofilaria se aloja en un lóbulo derecho del pulmón. En todos los casos pulmonares se encuentran parásitos muertos y casi en estado de degeneración. Las infestaciones humanas son causadas por un solo parásito y de modo excepcional por dos y la transmisión se realiza por mosquitos infestados y donde el hombre solo se infesta de modo accidental(6).
Después que una persona es inoculada por un mosquito con larvas del tercer estadío, la mayoría de ellas muere en el tejido subcutáneo, sin embargo alguna puede escaparse del tejido subcutáneo, sobre todo en infestaciones repetidas, seguir su desarrollo y migrar hacia los pulmones (6).
Del gran número de Filarias que existen en la naturaleza, solo 8 especies se han adaptado al hombre y su transmisión es interhumana a través de insectos hematófagos que son sus H.I. (7). Las otras especies de Filarias son propias de los animales y afectan al hombre de modo ocasional sin constituir un problema de Salud Pública (6).
Las Filarias que afectan al hombre con mayor frecuencia son Wuchereria bancrofti, Brugia malayi, Onchocerca volvulus, Manzonella perstans y Loa loa (1,8). Muchos de estos nemátodos tienen como hospederos intermediarios a mosquitos de los géneros Aedes, Anopheles y Culex, al igual que Dirofilaria immitis.
Esta enfermedad está distribuida por todo el mundo, reportándose una mayor incidencia en el norte de América. En nuestro país la mayor prevalencia se reporta hacia las zonas costeras, donde se han reportado la mayoría de los casos. Afecta considerablemente la salud de los animales además de constituir una zoonosis. Por todo lo anteriormente planteado y producto del auge que está teniendo la costa norte de la provincia de Villa Clara respecto al turismo, con los cuales pudieran estar involucrados en la aparición de nuevos brotes de Filariosis que no circulan en nuestro país, nos propusimos determinar la incidencia de esta parasitosis entre la población canina de algunos municipios de la costa norte de nuestra provincia y además comparar dos técnicas de diagnóstico.
MATERIALES Y METODOS
Se determinó la incidencia de microfilarias en perros domésticos de diferentes edades, sexos y razas, muestreados al azar .
Las muestras fueron tomadas en horas de la mañana, debido a la periodicidad que presenta dicha microfilaria. La edad osciló entre 3-10 años de edad. Se extrajeron 2 mL de sangre de la vena cefálica anterior con instrumentos estériles ( 1mL con formalina al 2 % para la técnica de Knott y 1mL con anticoagulante (ACD)para la técnica de sedimentación modificada).
Posteriormente fueron analizadas en el Laboratorio de Parasitología del Centro de Bioactivos Químicos mediante las dos técnicas mencionadas anteriormente y descritas a continuación:
Procedimiento Técnica de Knott: Reportado por: Roger, 1994.(16)
Se deposita la muestra de sangre en un tubo de centrífuga de fondo cónico.
Se centrifuga a 2 000 rpm durante 10 minutos.
Se toma una gota del fondo con una pipeta de Pasteur.
Se deposita en un portaobjeto.
Se observa en un microscopio óptico con aumento 10x.
Procedimiento Técnica de Sedimentación Modificada
Se tomó 1 mL de sangre con anticoagulante (ACD) y se le añaden 9 mL de Agua destilada para provocar la ruptura de los eritrocitos. Se procedió según el Esquema No. 1.
Las dos técnicas fueron realizadas a doble ciegas, de manera que el evaluador no conoció a que tipo de técnica correspondía la muestra analizada. La diferencia entre las dos técnicas fue realizada mediante el Test no paramétrico para dos muestras independientes de U-Mann y Witney.
A los perros que resultaron positivos, por cualquiera de las dos técnicas, se les realizó la inspección clínica, determinándose la edad, sexo y síntomas clínicos. La diferencia entre la prevalencia entre machos y hembras se realizó mediante el Test de Comparación de Proporciones, utilizando el paquete estadístico Statgraphics, versión 4.1
RESULTADOS Y DISCUSION
La Dirofilariosis canina es una parasitosis conocida desde hace mucho tiempo; pero en especial el verme Dirofilaria immitis fue identificado por primera vez por la Dra. Leidy en 1856, siendo los animales susceptibles el perro, gato y carnívoros silvestres (2).
En los resultados de nuestro trabajo encontramos que en tres de los cuatro municipios investigados se encontró una alta incidencia de esta parasitosis en perros y en especial en el municipio de Corralillo con un 33.3 %. De los 126 perros investigados, 26 resultaron positivos con la Técnica de Knott y 25 por la técnica de sedimentación modificada, no existiendo diferencias significativas (P> 0.05) entre estas dos técnicas de diagnóstico.
El método más frecuente utilizado en las clínicas es la toma directa de sangre y la observación inmediata de sangre fresca en el microscopio. Este método de diagnóstico es el menos confiable ya que frecuentemente nos da falsos negativos, además se dificulta la visualización de las microfilarias por la gran cantidad de eritrocitos, pudiéndose confundir Dirofilaria immitis con Dipetelonema reconditum (9).
La técnica de Knott es más confiable, aunque puede también tener un error que fluctúa entre el 10 y el 67% (10).
Tenemos que señalar que el municipio de Camajuaní (localidad de Vueltas) en el cual no se encontró presencia de parásitos en los perros investigados pueda deberse a que esta localidad se encuentra más alejada de las costas, que son los lugares con mayor incidencia y de mayor riesgo para que los animales contraigan la enfermedad.
La mayor cantidad de perros positivos se encontró en las edades comprendidas entre 5 y 8 años para un total de 17 casos distribuidos en los tres municipios, coincidiendo con lo planteado por Clarence 1992 (4) quien plantea que la mayor cantidad se ha diagnosticado después del año de edad de los perros.
Las manifestaciones clínicas observadas en los perros positivos son generalmente la anemia, hematuria, anorexia, Bilirrubinuria, enflaquecimiento progresivo y tos. La mayor cantidad de positivos correspondió a perros machos, encontrándose diferencia significativa para P<0.05 entre la incidencia en perros hembras y machos.
BIBLIOGRAFIA
Clarence, M. F.: Infecciones por Gusanos del Corazón Canino. Dirofilariosis. El Manual Merk de Veterinaria. Cuarta Edición en Español. Editor : Jan. A. Bergeron V.M.D.1993.85 - 7.
Labarthe, N.; Ferreira, A. M, Guerrero, J.; Newcomb, K.: Survey of Dirofilaria immitis ( Leidy 1856 ) in Random Source Cats in Metropolitan Río de Janeiro, Brazil, with descriptions of lesions Veterinary Parasitology. 1997;71(4):301-6.
Roger, I. R.; Domínguez, J. L.; Solis, F. A.; Cob, L.A.: Prevalencia de Dirofilaria immitis en perros callejeros de la Ciudad de Mérida, Yucatán, México. Veterinaria México. 1994;18(2).
Clarence, A. R.; Calver, A. C. Dirofilariosis Canina. Tratado de Medicina Interna Veterinaria. Enfermedades del Perro y el Gato. Tercera Edición. 1992;3.
Kirk, W. R.; Bistner, I. S.: Dirofilariosis ( Filariosis Zoonótica ). Manual de Urgencias en Veterinaria. Tercera Edición. Salvat.1994:765 - 70.
Benenson, S. A.: Filariasis. Manual para el Control de las Enfermedades Transmisibles.Organización Panamericana de la Salud. Publicación Científica. No 546. Decimosexta Edición .1994.
Pérez, O.; Gnemi, G.; Manso, H. G.: Inmunoflorescencia Indirecta en Filariosis III. Comparación de la Microfilaremia y el Tratamiento. Revista Cubana de Medicina Tropical. 1990;42(1):69-76.
Botero D, Restrepo M. Parasitosis Humana. 2da ed. Medellín, Colombia. CIB. 1992:261-264.
Juan Cantus Cruz. Prevalencia de Dirofilaria immitis en los perros callejeros de la ciudad de México. Boletín informativo de medicina veterinaria especialista en pequeñas especies.1992,Agosto,(71).
Ching Cheng, W.; Cheng chen.c.: Natural Infection of Mosquitoes whit Dirofilaria immitis in Northern Taiwan.Journal of the Chinese Society of Veterinary Science. 1997;23(1).
Hoskins, J.D. Canine Heartworm disease. Small Animal Parsitology. Compendium on Continuing Education for the practicing veterinarian. 18 (4), 1996.
Adaptado por
Luis Eduardo Forero S. M.V., M.Sc. Asistente Dirección Científica
Laboratorios PROVET S.A.
1 comentario:
Excuse for that I interfere ?To me this situation is familiar. It is possible to discuss.
Publicar un comentario