M.V. Javier Aranda Coordinador área veterinaria UNNE SALUD
M.P. 534 Consejo de Veterinarios del Chaco
La leishmaniasis es una enfermedad parasitaria producida por un agente microscópico denominado Leishmania de las cuales tenemos varios tipos a saber: L. Donovani, L. Infantum, L. Tropica, L. Aetiopica, y L. Mayor, y pueden afectar a varias especies animales como ser perros, zorros, zarigüeyas, ratas, lobos y en casos excepcionales al hombre. Estos animales pueden actuar como reservorios naturales de ahí su importancia en el ciclo de la enfermedad.
Se contagia a través de la picadura de un insecto diminuto, un flebótomo del genero lutzomya que se lo denomina mosca de la arena. Este insecto es pequeño con las alas en forma de “V” y presenta pequeños pelos. La leishmaniasis o leishmaniosis (se puede decir de las dos maneras) es un grupo de afecciones que se manifiesta con formas cutáneas (produciendo úlceras de piel), mucosas (destruye la mucosa y los cartílagos de la nariz) y viscerales (llamada kala-azar).
En Argentina se conoce con el nombre de jején (sobre todo en la provincia de Buenos Aires) y otras denominaciones. Los insectos se desplazan en grandes grupos, su picadura no deja lesión alguna y solamente produce un dolor agudo que cede rápidamente. Aunque no zumban como los mosquitos, se asemejan a éstos por su condición de fitófagos y por el hecho de que la hembra debe llenarse de sangre para producir sus huevos.
La enfermedad se produce cuando uno de estos insectos pica a un animal infestado, y el ciclo de la leishmania se produce en su interior, transmitiéndola con la saliva de la picadura después de un tiempo prudencial de reproducción dentro del insecto.
Lo que se debe tener en cuenta para atacar al vector es que son de hábitos nocturnos, por lo que su actividad mayor ocurre en momentos del atardecer. Es en el exterior donde se encuentra el hábitat natural de los flebótomos; lugares tranquilos, con escasa iluminación, moderadas temperatura, una elevada humedad y un constante y alto contenido de materia orgánica, tales como hojas en descomposición, arena húmeda, cuevas, hendiduras del terreno, huecos de los árboles, vertederos, alcantarillas etc., aunque también pueden vivir en el interior de las viviendas, establos, garajes, etc. si se dan unas condiciones favorables de temperatura y humedad. Debido a la acción del hombre sobre el hábitat natural como avance y deforestación de bosques y montes nativos es que el insecto fue mudando de su lugar donde habitaba para instalarse definitivamente en las ciudades y asentamientos humanos.
Los machos se alimentan de los jugos de las flores y plantas pero como se ha mencionado las hembras necesitan de la sangre para poder reproducirse, ya que aprovechan la sangre como fuente de nutrientes (proteínas) para la elaboración de los huevos. Los adultos miden entre 2 y 3 mm. de longitud y un período de vida en la naturaleza aproximadamente de 40 a 50 días. La mayoría de las hembras están listas para ingerir sangre de 1 a 4 días luego de emerger de la pupa; una vez ingerida la sangre comienza el proceso de ovogénesis. Una vez que introducen su aparato suctopicador estos insectos liberan sustancias anticoagulantes y vasodilatadoras que facilitan la hemorragia. El ciclo entre huevo y adulto se completa en unas 6 semanas,
El curso de la enfermedad es dependiente básicamente del sistema inmune del perro, lo que nos hace pensar que este puede atacar y defenderse de la invasión de leishmanias. En general la enfermedad es de ocurrencia lenta y progresiva, y la inmunosupresión provoca el deterioro del animal con aparición de enfermedades concomitantes, que llevan muchas veces a la muerte.
Los signos clínicos en animales generalmente son los siguientes:
• Lesiones en piel con descamaciones y caída de pelos.
• Pérdida de peso y del apetito injustificada.
• Aumento del tamaño de los ganglios linfáticos (linfadenopatia) local o general.
• Lesiones oculares con depilación alrededor de estos.
• Lesiones costrosas en las orejas
• Conjutivitis y queratitis (inflamación de la cornea)
• Cojeras, anemia, diarreas, y fallo renal.
• Crecimiento exagerado de las uñas.
• Engrosamiento de la piel (hiperqueratosis).
• Polidipsia (bebe más agua de lo normal)
• Poliuria (orina más de lo normal)
• Sangrado nasal.
Estos signos de enfermedad son progresivos y permanentes y muchas veces tienen una mejoría temporaria con antibióticos y antihistamínicos.
Las lesiones en cabeza generalmente son simétricas crónicas y apruriticas (no producen comezón), avanzando hacia el cuerpo, muchas veces producen ulceraciones también en las extremidades.
El diagnostico se realiza por profesionales de las ciencias veterinarias quienes son los únicos autorizados a dar un diagnostico a través de sintomatología clínica y análisis de laboratorio. Es muy difícil tener un diagnostico certero desde la sintomatología clínica, es por esto que ante un caso sospechoso se debe realizar todas las pruebas que sean necesarias. Porque muchas veces un animal puede estar clínicamente sano (sin sintomatología evidente) pero ser portador de la leishmania y llegar a ser una fuente de dispersión de la enfermedad. Es por esto que se debe tener en cuenta un montón de datos a la hora de hacer una consulta sobre esta patología.
Tener en cuenta una serie de pautas para llevar a un diagnostico mas certero como ser:
• Viajo recientemente a zonas donde existen casos?
• El animal Tiene alguna forma de prevención de picaduras de insectos como ser pipetas, collares, etc?
• El desmejoramiento del animal fue rápido o lento?
• El animal esta expuesto a picaduras de insectos o vive dentro de su casa?
• Su casa tiene métodos de contención para insectos como ser mallas mosquiteras?
• Fumiga regularmente el domicilio?
La prevención es la única forma de frenar el avance de esta enfermedad, y solo con acciones que lleven a controlar la reproducción del flebótomo y revision de los animales enfermos podremos controlar a la leishmaniasis.
El tratamiento es difícil. Los fármacos usados son caros y todos requieren regímenes de varias dosis, lo que supone numerosas molestias tanto para los dueños como para el paciente. Existen frecuentemente recaídas de la enfermedad clínica después del tratamiento y muchos de los fármacos tienen efectos secundarios adversos. No hay cura parasitológica para la enfermedad, sólo podemos resolver los síntomas clínicos.
La prevención de las picaduras de flebótomos es la única forma de prevenirla.
Acciones a tener en cuenta:
• Colocar collares anti insectos
• Fumigar los domicilios
• Encerrar a los animales en momentos de mayor actividad de los flebótomos como es al atardecer y al amanecer
• Eliminación de criaderos (hojas húmedas, arena, materia orgánica en descomposición, basuras, etc)
• Control periódico de la mascota por el Veterinario
• Colocar mallas mosquiteras en puertas y ventanas de la casa.
Actualmente no existe ninguna vacuna efectiva frente a la
Leishmaniosis por tanto la solución para evitar que un perro se contagie
pasa por evitar o disminuir el contacto con el vector ya que no hay un
método realmente efectivo que asegure una protección completa frente a Leishmania.