LESION POR MIASIS

Este caso me llego despues de 5 dias de una miasis que se estaba extendiendo, llegando hasta detras del globo ocular.
El tratamiento que segui fue una buena antibioticoterapia con penicilina strepto durante 5 dias y posteriormente azucar con miel para ayudar a la cicatrizacion. Una vez que se recupero bastante bien la lesion procedi a hacer unos colgajos de piel y tratar de reconstituir el parpado y la zona periocular. A los 10 volvio para sacarse los puntos.
M.V. Javier Aranda


ALTERACIONES NO PATOLOGICAS EN HEMATOLOGIA VETERINARIA

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Dr. Roberto Gimenez
Laboratorio de Veterinaria


El uso del laboratorio de análisis en la práctica clínica veterinaria se va haciendo cada vez más necesario en la medida que se avanza en el conocimiento de las enfermedades animales. Los métodos complementarios de diagnóstico, entre las que ocupan un lugar fundamental las pruebas de laboratorio, requieren antes que nada un cabal conocimiento por parte del profesional de la variación normal de los parámetros estudiados, así como también las potenciales alteraciones introducidas por factores ajenos a la patología investigada.
A diferencia de la medicina humana, el clínico veterinario actual tiene como objeto de estudio una cantidad variada de especies animales. Al momento de evaluar un resultado hematológico determinado, es esta misma diversidad la que impone la necesidad de conocer las características de cada tipo animal, sus padecimientos específicos y las dificultades prácticas derivadas de los procedimientos de toma de muestra.
En hematología clínica debe considerarse que la muestra que se manipula presenta sensibilidad a factores fisiológicos, químicos o físicos, que pueden alterar los resultados buscados. Es por eso que el clínico debe considerar los datos obtenidos en su estudio semiológico (reseña, anamnesis y examen objetivo general) y al tanto de las técnicas de toma de muestra y las variaciones que pueden producirse por ellas. También resulta importante la consulta al laboratorio al que deriva en cuanto a los Valores de Referencia que éste propone por especie y según el método analítico utilizado (Tabla 1)


TABLA 1: VALORES DE REFERENCIA EN CANINOS Y FELINOS
IACA LABORATORIOS - AUTOANALIZADOR HEMATOLÓGICO

CANINO
Eritrocitos 5.500.000 a 8.500.000 / mm3
Hematocrito 37 a 55 %
Hemoglobina 12 a 18 g/dl
Volumen Corp. Medio 66 a 77 micras3
Hem. Corp. Media 21 a 26 pg
Plaquetas 166 - 575 x 103 m l
Conc. Hem. Corp. Media 30 a 36 %
Leucocitos 6.000 - 17.000 / mm3
Neutrofilos segmentados 60 - 77 %
Neutrofilos en cayado 0,0 - 3,0 %
Metamielocitos --
Mielocitos --
Promielocitos --
Eosinofilos 2 - 10 %
Basofilos 0 - 1 %
Linfocitos 12 - 30 %
Monocitos 3 - 10 %


Se expone a continuación una breve reseña de los factores que provocan alteraciones no patológicas en hematología veterinaria.

Preparación del paciente: la importancia del ayuno es conocida, debe ser no menor de 6 hs. para hematología (12 hs. recomendado para química sanguínea). En el recuento celular del canino se observa una leucocitosis que comienza a la hora del período post-prandial, hace un pico a las 3 o 4 hs., para luego declinar paulatinamente. Similar condición se da en el cerdo y en menor medida en el caballo. Esta leucocitosis fisiológica es casi despreciable en el resto de los herbívoros.

Toma de muestra: En la clínica de pequeños animales son conocidas las dificultades que se presentan en el momento de extraer sangre para su análisis. Animales muy inquietos y/o de muy reducido tamaño, gratos agresivos, dueños incapaces de dominar a sus mascotas, venas difíciles de localizar o que se rompen fácilmente son algunas de las circunstancias en las que puede tropezar el Médico Veterinario que desea extraer una muestra para hematología. En algunos casos es aconsejable la sedación cuando la sujeción física del animal es dificultosa (foto 1, a y b), además de la práctica de la tricotomía y la aplicación de alcohol en dermis pigmentadas, para la mejor visualización de la vena.
Debe tenerse en cuenta que la excitación y el temor del animal en el momento de la extracción puede derivar en un aumento no patológico en el recuento de glóbulos rojos, el VCA o Hematocrito, la hemoglobina e Indices Hematimétricos, por liberación excesiva de epinefrina.
Las especies canina y felina reaccionan muy fuertemente a las influencias externas, como pueden ser una espera prolongada en sala antes de la extracción o excitación el momento de la punción venosa. Las variaciones de la serie blanca pueden llegar a una marcada leucocitosis neutrófila. Dicha respuesta es aún más importante en los felinos, en parte por la puesta en circulación del compartimento leucocitario marginal, que puede alojar hasta un 40% del total de los blancos circulantes. En todas las especies, el conteo de los distintos tipos celulares se mantiene, (con una tendencia mayor de neutrófilos sin desvío izquierdo) excepto en el gato en el que se puede presentar una linfocitosis moderada. En los caballos, el incremento de stress no es tan marcado, por lo que la valoración de las leucocitosis deben apuntar a las causas patológicas.


Velocidad en la extracción: Ante la dificultad mencionada en la sujeción del animal, suele actuarse con premura en la extracción de sangre entera. Sin embargo, una aspiración demasiado rápida puede provocar un flujo turbulento de la sangre en la jeringa, provocando hemólisis. Dicha destrucción de las células sanguíneas dependerá también de la fragilidad eritrocitaria de la especie a tratar, siendo los perros y las aves de corral las de mayor resistencia, mientras que vacunos y caprinos presentan una marcada predisposición a la hemólisis.


Sujeción Química: como se mencionó, la opción en los animales de difícil extracción es la tranquilización de los mismos a través de fármacos, aunque éstos en general reducen en forma constante el VCA y el recuento de leucocitos (a excepción de la Cloropromacina por vía intramuscular). La Acetilpromacina (muy difundida en nuestro medio) produce una marcada disminución de la concentración de Hemoglobina que abarca desde los 45 minutos hasta las 2 Hs. post-inyección. Esto lleva a que también los Indices Hematimétricos de Hemoglobina Corpuscular Media y Concentración de Hemoglobina Corpuscular Media se encuentren afectados. La aplicación anestesia disociativa con de Ketamina ha sido asociada a la aparición de metahemoglobinemia en los felinos.

Ejercicio previo: En la mayoría de los caballos, el recuento eritrocitario aumentará, aproximadamente, un 50 % de los valores en reposo cuando la muestra es recogida después de un ejercicio fuerte, debido a la alta capacidad de almacenamiento esplénico. La extensión en el tiempo de este aumento dependerá de la velocidad del ejercicio, porque hay un incremento progresivo en el aumento eritrocitario hasta una velocidad equivalente al 75 % del máximo. El recuento de células sanguíneas retorna a niveles de reposo en unas dos horas posteriores al ejercicio.

Especie: además de la amplia variación en los Rangos de Referencia que se dan en Medicina Veterinaria, determinadas pruebas hematológicas presentan una diferente importancia diagnóstica según la especie. Se sabe que la eritrosedimentación eritrocítica sólo tiene aplicación clínica en caninos y felinos, aunque se presenta como un inconveniente el volumen de muestra que se requiere. La evaluación en equinos debe hacerse considerando tipo de caballo estudiado, el trainning y la condición de estabulación, ya que es un parámetro muy lábil a dichas variables. Los vacunos y los porcinos prácticamente no reaccionan a dicha prueba.
El ancho de distribución eritrocitaria (RDW) suele ser mayor en equinos y bovinos que en caninos y felinos, estimándose un valor clínico más importante en estas últimas especies. Por otra parte, en el frotis felino es normal la aparición de hasta un cierto porcentaje de corpúsculos de Hoewll-Jolly y cuerpos de inclusión de Heinz, sin que esto signifique patología. Otra particularidad de los gatos es que sus reticulocitos no maduran rápidamente, por lo que al no tomar la coloración específica su recuento puede no reflejar la verdadera respuesta de la médula ósea.

Raza: en hematología veterinaria existe variación aún dentro de la misma especie. En los perros de raza Akita (foto) los eritrocitos son siempre microcíticos (VCM de apenas 60 fl). El rango de referencia para el VCA del Gryhound es más alto que para otras razas (49 a 65 %). Otras perros han sido determinados con incrementos fisiológicos del VCA: Caniche, Boxer, Dachshund y Chihuahua.
En equinos, la raza y su aptitud de uso están íntimamente relacionados. Los VCA del SPC y otras razas de sangre caliente es mayor que en percherones, así como también en los equinos estabulados con relación a los alimentados a campo. Diferentes estudios realizados demostraron que en general los Pura Sangre tienen un recuento eritrocitario superior a los Standarbred. También se demostró que había algunas diferencias entre los caballos entrenados para pruebas de resistencia y los sometidos a otros tipos de entrenamiento: por lo general, los primeros tienen valores más bajos de células eritrocitarias que los otros caballos de alto rendimiento. Algo similar ocurre en caninos con los Galgos en trainning.
Con respecto a la serie blanca, los SPC tienen una tendencia a mantener elevados el conteo relativo de linfocitos con relación a otras razas equinas. En caninos, están descriptas variaciones de los conteos relativos por razas: la neutropenia cíclica del Collie Gris plateado, la eosinofilia del Pastor Alemán, la basofilia en el Basenji joven, etc.

Sexo y estado fisiológico: en equinos, los valores de referencia en la serie roja son marcadamente menores en yeguas que en padrillos (siempre dentro de la misma raza y aptitud). En caninos, se encuentra descripta una eosinofilia de la perra en celo (estro). La leucocitosis de preñez es marcada en las perras (durante todo el período de gestación) y en el primer trimestre de las vacas, en las que se presenta nuevamente dos semanas antes del parto. En las gatas, los leucocitos se mantienen constantes durante toda la gestación. Las vacas en lactancia tienen un recuento lecocítico total menor que las vacas secas.

Edad: Los valores de la hemoglobina comienzan a disminuir a partir del nacimiento seguidas de un incremento gradual hasta los cuatro meses, en casi todas las especies. Las variaciones eritrocíticas por la edad son muy marcadas en el perro. Los cachorros pueden tener hasta un 7% de reticulocitos hasta los dos meses de edad (en el adulto esa cuenta baja al 1%). Los cerdos nacen con VCM de 80 a 90 micras cúbicas, dato que debe tenerse en cuenta para la evaluación de la tan frecuente Anemia Ferropénica del Recién Nacido. También los leucocitos varían por edad en la especie canina. El recuento de blancos en los cachorros comienza a incrementarse a partir de la primer semana después del nacimiento y hasta aproximadamente los 60 días de vida, para después estabilizarse, siendo este incremento en base a los linfocitos. En el ganado porcino se observa una tendencia similar. En los terneros no hay mayor variación del recuento de glóbulos blancos en relación con el adulto.

CONCLUSIONES

Al momento de realizar la interpretación un resultado hematológico en veterinaria, ésta no debe limitarse a la simple consulta de una tabla con Valores de Referencia, sino que han de tomarse en consideración las numerosas variables enumeradas en el presente artículo (Tabla 2)
TABLA 2: VALORACION RELATIVA DE LOS FACTORES QUE PRODUCEN ALTERACIONES
NO PATOLOGICAS EN EL HEMOGRAMA VETERINARIO

CANINO FELINO EQUINO BOVINO PORCINO
Ayuno previo leucocitosis marcada sin importancia leucocitosis sin importancia leucocitosis marcada
Ejercicio importante en Galgos sin importancia importante en SPC sin importancia sin importancia
Stress/excitación fuerte reacción fuerte reacción menor reacción sin importancia sin importancia
Raza Aumento de VCA en ciertas razas sin importancia mucha variación en SPC leucopenias en razas lecheras sin importancia
Edad variación en cachorros normal normal sin importancia gran variación en lechones
Fragilidad eritrocitaria resistencia a la hemólisis por extracción sin particularidades sin particularidades predisposición a la hemólisis por extracción sin particularidades
Sexo/estado fisiológico Variaciones en celo y preñez Poca importancia Menores conteos en yegüas Leucocitosis de preñez sin importancia
Característica de especie
Eritrosedimentación valor clínico valor clínico valor clínico según raza, trainning, etc sin importancia sin importancia
RDW valor clínico valor clínico valor clínico (menor) sin importancia sin importancia

BIBLIOGRAFIA

- Benjamin, Maxine - "Manual de Patología Clínica en Veterinaria". Editorial Limusa. 1984
- Kraft Wilfried y Dürr Ulrich - "Diagnóstico Clínico de Laboratorio en Veterinaria". Grass Edicions. 2000
- Meyer, Denny y Harvey, John - "El Laboratorio en Medicina Veterinaria". Ed. Inter-Médica. 2000.

MANUAL MERCK DE VETERINARIA

Para aquellos que quieran consultar on line este manual les dejo la direccion. Lo unico que esta en ingles.
Javier Aranda

www.merckvetmanual.com/mvm/index.jsp

VIDEOS DE CASOS CLINICOS

Les dejo esta direccion para que la vean es muy interesante y didactica.
Javier Aranda

http://www.ksvettv.com/KSVET_VIDEO/Archivo.html

II Simposio Nacional de Endocrinología

Universidad Nacional del Nordeste

5 de mayo de 2008



Organiza: Cátedra de Patología Médica.

Coordinadores: Castillo Víctor, Koscinczuk Patricia, Maurenizg Nelson

Lugar: Anfiteatro Facultad de ciencias Veterinarias., UNNE. Sargento Cabral 2135-Corrientes, Capital.

Destinatarios: Médicos Veterinarios y alumnos de la carrera de Ciencias Veterinarias.



Programa

8:30 hs Inscripción

9:15 hs: Inauguración del Simposio



9:30 hs: Cardiopatías de origen endocrino. Dr. Carlos Mucha (UNLP)
10:05 hs: Fernanda Cabrera Blatter (UBA): ceguera súbita en el Cushing: causas y prevención
Intervalo
10: 50 hs: Pablo Manzuc (UNLP): Dermatopatías endocrinas: efectos del cortisol en la piel
11: 25 hs: Susana Le Brech (UNNE): Efectos del estrés sobre el comportamiento.
Almuerzo
14: 30 hs: Carolina Ghersevich (UCC): Síndrome de poliquistosis ovárica y diabetes.
15: 05 hs: Patricia Koscinczuk (UNNE): Aplicación de métodos no invasivos para la medición del cortisol.
Intervalo
15: 50 hs: Leonardo Ortemberg (UBA): Hepatopatías endocrinas: hígado lipoide y glucogénico. Alternativas terapéuticas.
16: 25 hs: Víctor Castillo (UBA): Acromegalia.
17: 00 hs: Casos Clínicos. Federico Bonino (Actividad privada, Rosario), Jorge García (UBA), Nelson Maurenzig (UNNE).
Costos de inscripción:
Profesionales: 50 pesos
Alumnos: 10 pesos

Informes: pmedica@vet.unne.edu.ar

Manejo de las crisis convulsivas en pequeños animales

La información contenida en este documento puede ser impresa para uso personal, pero no reproducida ni distribuida sin el consentimiento por escrito de los autores. Derechos reservados ©, 1999. Extracto parcial del artículo publicado en CONSULTA de Difusión Veterinaria, 1999, 7 (66): 105-114.

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INTRODUCCIÓN

La convulsión es un signo clínico que indica la existencia de una disfunción a nivel del cerebro, siendo numerosas las causas que la pueden ocasionar.

La mayor parte de los pacientes convulsivos llegan a la clínica con una historia de uno o más ataques, permitiendo un acercamiento al diagnóstico de su causa tras una detallada anamnesis y la realización de un extenso examen clínico y de laboratorio.

Sin embargo, en ocasiones se tiene que atender a un paciente que está sufriendo un ataque. Se considera que una crisis convulsiva se debe tratar como una urgencia cuando su duración supera los 5 minutos, o cuando se producen más de tres crisis convulsivas en un período menor a las 24 horas.

Un caso especial es el estado epiléptico, suceso en el que un individuo sufre crisis convulsivas generalizadas continuas, sin recuperación de la consciencia entre ellas, durante más de 30 minutos. Esta manifestación indica la existencia de un suceso a nivel cerebral que pone en peligro la vida del paciente, por lo que demanda del clínico un tratamiento urgente y agresivo. Si no se detienen las convulsiones puede llegar a producirse la muerte del animal por la combinación de varias circunstancias: hipertermia, colapso circulatorio, acidosis, hipoxia, etc.

Ante un estado epiléptico la prioridad es detener las convulsiones, más que llegar a un diagnóstico de su causa.

MANEJO

La primera actuación ante una urgencia convulsiva es conseguir una vía venosa que sirva para la rápida administración de anticonvulsivos y de aquellas otras terapias que se requieran en cada caso. En ocasiones también se usa para la obtención de una primera muestra de sangre para los análisis de laboratorio pertinentes.

En el caso de no ser capaz de acceder a una vía, se puede administrar diazepam vía rectal a la dosis de 0,5 mg/kg, consiguiendo usualmente detener las convulsiones en pocos minutos. Para ello se pueden utilizar las presentaciones para administración endovenosa (Diazepan Prodes o Valium 10 inyectable), aunque es más cómodo el uso de microenemas (Stesolid).

Mientras se realizan estas primeras actuaciones se debe indagar sobre la posible exposición del paciente a toxinas, tratamientos previos que ha recibido con particular atención a anticonvulsivos e insulina, historia de traumatismos, etc, así como todo lo relacionado con la crisis convulsiva: duración, presencia o ausencia de crisis anteriores, etc.

Si la anamnesis sugiere la posible existencia de hipoglucemia o hipocalcemia, se debe valorar el parámetro en cuestión para iniciar una terapia específica. Si la glucemia está por debajo de los 50 mg/dl se administra dextrosa en solución hipertónica vía endovenosa lenta, en unos 30 minutos, a la dosis de 1 g/kg. Si se sospecha de hipoglucemia en cachorros se puede administrar vía oral 1-3 ml de una solución de dextrosa al 50%. En el caso de una calcemia menor a 7 mg/dl se inyecta gluconato cálcico al 10%, a la dosis de 0,5-1 ml/kg vía endovenosa lenta, durante unos 15 minutos.

Si el paciente es un epiléptico idiopático en tratamiento sería recomendable medir los niveles séricos del anticonvulsivo que recibe para comprobar si están por debajo de los niveles terapéuticos. Generalmente el anticonvulsivo utilizado es el fenobarbital, siendo sus niveles terapéuticos los comprendidos entre 15-45 µg/ml en perros y 10-30 µg/ml en gatos.

Control con anticonvulsivos

Cuando no se ha encontrado una causa, como una hipoglucemia o una hipocalcemia, o se sabe que es un epiléptico idiopático, se inicia una terapia sintomática de las convulsiones. En una primera fase las crisis convulsivas se deben intentar controlar con benzodiacepinas vía endovenosa o, alternativamente, vía rectal como se comentó anteriormente. El fármaco de elección es el diazepam, el cual se distribuye rápidamente en el organismo y cruza la barrera hematoencefálica a mayor velocidad que el resto de anticonvulsivos, pudiendo detener la crisis en pocos minutos.

Actualmente la dosis recomendada es de 0,5 mg/kg vía endovenosa lenta (Diazepan Prodes o Valium 10 inyectable), no superando los 10 mg por animal según Chrisman (1998). Si continúan las convulsiones se puede repetir esta dosis 2 veces cada pocos minutos.

Se debe tener presente que el diazepam, particularmente en perros, tiene una vida media en sangre muy corta, por lo que su efecto dura poco tiempo y se necesitarán dosis repetidas hasta que se elimine la causa primaria o bien se consigan niveles séricos efectivos de otros anticonvulsivos con mayor vida media, como el fenobarbital.

Si el diazepam no es capaz de detener las convulsiones en una segunda fase se administrarán barbitúricos (pentobarbital o fenobarbital), aunque son más lentos en su efecto. Se recomienda administrar lentamente pentobarbital vía endovenosa hasta conseguir detener las convulsiones. Generalmente es suficiente con 2-5 mg/kg, aunque puede necesitarse hasta 15 mg/kg.
En este momento se debe monitorizar la respiración del animal ya que la combinación de pentobarbital con el diazepam administrado previamente favorece el establecimiento de una marcada depresión respiratoria de tipo central. A ser posible se debería realizar una intubación endotraqueal al paciente y suministrarle respiración asistida.

La dificultad de encontrar pentobarbital en la farmacopea española lleva a la utilización de otros barbitúricos como el tiopental (Pentothal sódico o Tiobarbital Miró) en sustitución de pentobarbital. Este barbitúrico tiene un efecto menos duradero y la dosis "a efecto" necesaria para detener las convulsiones suele ser ligeramente menor.

Alternativamente al pentobarbital se puede usar fenobarbital (Luminal inyectable) vía endovenosa lenta. Por esta vía los efectos secundarios que pueden aparecer incluyen hipotensión y parada respiratoria, por lo que el propio laboratorio fabricante indica que su uso es únicamente intramuscular. En el caso de utilizar la vía endovenosa se recomienda diluir el Luminal inyectable al 1/10 en solución salina. Se debe tener presente que el fenobarbital tarda entre 15 y 20 minutos en hacer efecto, recomendándose un embolada inicial de 2-4 mg/kg, que se puede repetir cada 20-30 minutos vía endovenosa o intramuscular hasta conseguir detener las convulsiones, sin sobrepasar los 20 mg/kg en total.

Una vez que se ha controlado la crisis con benzodiacepinas o barbitúricos se inicia una terapia de mantenimiento con fenobarbital vía intramuscular a una dosis de 2-4 mg/kg cada 6 horas, durante 24 horas, a fin de evitar nuevas crisis. Posteriormente, si el caso requiere un tratamiento a largo plazo con anticonvulsivos, se establecerá la terapia con fenobarbital vía oral (Luminal, Luminaletas o Gardenal) a dosis de 2-4 mg/kg cada 8-12 horas.

En el caso de que el paciente sea un epiléptico idiopático conocido y se hayan mensurado los valores séricos de fenobarbital, se puede calcular la cantidad necesaria a administrar para restaurar los niveles sanguíneos terapéuticos. Si los valores séricos están por debajo de 25 µg/ml en perros o 15 µg/ml en gatos, es recomendable inyectar fenobarbital endovenoso lento a la dosis de 1 mg/kg por cada aumento, expresado en µg/ml, que se desee a nivel sérico, debiendo administrarse en bolos de 5 mg/kg.

Otras medidas complementarias

Distintas complicaciones pueden surgir tras un largo período de convulsiones: hipertermia, hipotensión, arritmias, acidosis, edema pulmonar, etc; también se observan variaciones en la glucemia, la cual aumenta en las primeras horas de las convulsiones debido a la liberación de adrenalina, cayendo posteriormente por debajo de los valores fisiológicos.

Por ello, tras controlar la crisis se debe evaluar la temperatura corporal, y la función respiratoria y cardiovascular. Además, si aún no se ha determinado la causa de las convulsiones, éste es el momento de realizar un panel hematológico y bioquímico más completo.

La hipertermia se suele regular por sí misma tras finalizar la crisis, por lo que hay que ser precavido y no administrar baños de agua fría que podrían desembocar en una hipotermia. Sin embargo, a partir de los 41°C existe riesgo de aparición de edema cerebral por lo que se bajará la temperatura a 39°C mediante baños, además del tratamiento farmacológico frente al edema cerebral que se comenta más adelante.

A su vez, en cualquier crisis convulsiva de larga duración existe el riesgo de edema cerebral. En estas circunstancias es imperativo prevenir su desarrollo para lo cual es indispensable asegurar una buena oxigenación del paciente, y administrar una terapia agresiva con corticosteroides: 30 mg/kg de succinato sódico de metilprednisolona (Solu-Moderín) vía endovenosa lenta, seguido de bolos de 15 mg/kg cada 6 horas, durante 24 horas.

Si se considera que el edema cerebral puede ser intenso se puede complementar el tratamiento con manitol al 20% endovenoso lento, a la dosis de 1 g/kg, y furosemida (Seguril) endovenosa a la dosis de 0,75 mg/kg.
Cuando las convulsiones han durado más de 30 minutos es probable que el paciente tarde varios días en recuperar la función neurológica normal.

Bibliografía
Arpaillange C, Fanuel-Barret D. Conduite à tenir face à des crises convulsives chez le chien. Point Vét 1994, 25 (157): 853-864.
Chrisman CL. Seizures. En: Ettinger SJ, Feldman EC. Textbook of veterinary internal medicine. Diseases of the dog and cat. 4ª ed. Tomo 2. Philadelphia: WB Saunders, 1995: 152-156.
Chrisman CL. What's new in seizure management?. Proceedings of the North American Veterinary Conference, 1998: 421-423.
Fenner WR. Seizures, narcolepsy, and cataplexy. En: Birchard SJ, Sherding RG. Saunders manual of small animal practice. Philadelphia: WB Saunders. 1994: 1147-1156.
Keen PM. Clinical pharmacology and therapeutics of the nervous system. En: Wheeler SJ, ed. Manual of small animal neurology. 2ª ed. Gloucestershire: British Small Animal Veterinary Association. 1995: 95-111.
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Papich MG, Alcorn J. Absorption of diazepam after its rectal administration in dogs. Am J Vet Res 1995, 56 (12): 1629-1635.